Ella era de familia patricia uruguaya. Pero está claro que su valentía no tenía que ver con una cuestión social. Cuando una mujer es osada, es osada. Provenga de donde provenga. A China Zorrilla, que nació en la década del 20, le tocó vivir en distintas ciudades del mundo. Y los viajes que tanto marcaron su personalidad, tuvieron que ver con que ella misma los eligió, y se aventuró. Matilde Zorrilla de San Martín Muñoz, vivió de los dos a los seis años en París y hablaba sólo francés cuando llegó a Montevideo, su ciudad natal. Su padre-escultor-había querido trabajar en Francia luego de ganar un concurso. A los 23 años, China y su manejo del francés, permitió que ganara una beca del British Council para estudiar en la Royal Academy of Dramatic Art. Al que ella consideró su viaje iniciático: Londres.
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Para la época todo un desafío. De hecho, tuvo que sostener a sus padres, hasta último momento, (y aunque su amiga ya había abandonado la idea hacía rato) bajo el argumento convincente de que su íntima viajaba también. Pero cuando la acompañaron para despedirla al barco, China se subió sola.
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“Era 1946 y nadie se presentaba porque era después de la guerra. Londres estaba todo bombardeado y con todos los estragos que deja la guerra. Y así fui sola y sin hablar inglés. Además, no iba a estudiar ingeniería, iba a actuar”, contó alguna vez la actriz.
Y esto es lo que China Zorrilla habló sobre lo que le dejó su experiencia en Londres
“Ellos te dan una lección de buenos modales. Ahí tenes que ir a aprender no teatro, sino cómo caminar por la calle. Yo les decía por carta a mamá y a papá que tenían que ir a Londres a nada: a vivir. Porque no te enseñan nada con cartel. Es cómo viven. Tenía 20 años y me deslumbraba todo. No sé si quiero volver allí porque tengo un recuerdo tan perfecto como salido de una película”.
“Y porque hice esas cosas la gente me escucha. Esa fue la que vivió en Londres después de la guerra´. Son cosas que se han ido acumulando. Uno no se da cuenta de que va aprendiendo, pero va aprendiendo”.
Otro momento de cambio de vida y gran aprendizaje para esta mujer, fue casi veinte años después de ese primer viaje al viejo mundo. A mediados de los 60’ la actriz decidió partir, nuevamente sola, hacia Nueva York en un barco ocupado sólo por marineros. China tenía bastante miedo al avión. Y en la ciudad que nunca duerme -se codeó con varios de los que hoy iluminan el cielo hollywoodense. Trabajó cuatro años en una agencia teatral de NYC y también dio clases de francés. Allí tuvo un amor con un actor.
Mucho más tarde en su vida, la uruguaya recorrió toda la Argentina, en una casa rodante para llevar a los teatros “Eva y Victoria” (diálogos entre Eva Perón y Victoria Ocampo); y contó que amaba terminar de leer un libro entre una ciudad y otra. Para terminar y revolver un poco más sobre la pasión viajera de esta artista colosal; en una entrevista que dio ya en sus últimos años, su empleada doméstica le avisa “La llaman desde París”; y China atiende el teléfono y al que estaba del otro lado de la línea le dijo; “No me quiero morir sin volver a ver París. No sé si me voy a escapar de acá de la peor manera, pero voy a ir. Te lo prometo.”
China, buen viaje, donde quiera que estés…