El Hoyo, Chubut (más de la Comarca Andina paralelo 42) Por último en mi viaje invitada por la secretaría de turismo de El Bolsón, y la Secretaria de turismo de la Nación, estuvimos conociendo más de esta región y sus encantos. Y son encantos, porque hay lugares bellisimos.
Como la chacra agroturística La Vaca Verde, a la que tuvimos la suerte de ir y la inteligente decisión de la gente prensa de turismo de ponerla dentro del recorrido. Es un una casa granja y huerta, de Aluminé Honik y su marido Diego, quienes emprendieron en la actividad del agro y la producción años atrás en la zona. Allí tienen caballos, gallinas, una huerta de todo tipo de verduras y algunas frutas. Allí todo lo que cocinan es de producción propia, también hacen dulces caseros y hace un tiempo hasta hacían quesos. En La Vaca Verde, Diego y Aluminé viven con sus hijos; y reciben estudiantes del país o del extranjero a quienes ofrecen hospedaje y comida a cambio de hacer algunas tareas en el lugar. También hay cabañas para turistas comunes que quieren pasar días de relax y descanso rodeados de verde y montañas.
Aquí está el link de las cabañas que alquilan, cerca de su emprendimiento rural La Vaca Verde,
https://www.facebook.com/Caba%C3%B1a-Hacia-el-Sur-1496386474023473/
Muchos también van para bajar decibeles y atenderse en varias terapias que ofrece Honik en su centro Lumina Espacio Holístico (ubicado en El Bolsón), acompañados de una alimentación balanceada.
Estuvimos allí alrededor del sábado al mediodía, y recorrimos la chacra. Vimos hasta la producción de frambuesas y la gran huerta que tienen en el medio del terreno. Almorzamos un locro espectacular hecho por Aluminé y Diego (con todos productos de la huerta), y nos contaron cómo se manejan con el turismo y la producción.
Nos despedimos y nos fuímos rápido para otro lugar y emprendimiento particular: el Laberinto Patagonia, un sueño concretado por una pareja de la zona Doris Romera y Claudio Levi. Se trata de un laberinto hecho de cerco vivo de 8 mil metros 2, y 2200 metros de sendero para recorrer. Es un circuito de 9 puertas para hacer sólo, con amigos o en familia y divertirse. Está ubicado en un valle a metros del la desembocadura del río Epuyén. Desde 2013 lo tienen abierto al público, y ya es un destino turístico.
Es divertido, entrar al laberinto y tratar de buscar la salida, sin ayuda (por supuesto) y ver cómo uno mismo se pierde mil veces y vuelve por lugares que ya estuvo. Y creo, que también es muy gracioso ver a extraños y gente que está haciendo el mismo desafío de salir y ver que van y vienen por los mismos lugares. Hasta encontrar la salida, hay un buen rato para marearse y divertirse.
Al pie de la entrada del Laberinto, está la casa de Té, que tiene vista a los cerros y que los dueños de este lugar definen como «la extensión de su cocina». Allí ofrecen, una deliciosa variedad de muffins, tartas y tortas caseras, alfajores, sandwiches, cervezas artesanales y jugos naturales. Es una explosión de delicia la torta de chocolate y es increíble el licuado de frambuesa que venden allí. No se los pierdan! La casa de té está muy bien armada y tiene unos enormes ventanales para poder mirar el espectacular paisaje mientras se come o se toma algo rico.
Para ver más sobre las instalaciones y el Laberinto Patagonia, https://www.laberintopatagonia.com/
A esta entrada le corresponden dos posts anteriores del mismo viaje por El Bolsón y la Comarca Andina.