Escapada a Chile con amigas (y el pequeño placer de arrasar con las compras)

Tuve la suerte de irme por cuatro días a Santiago, Chile. Esta vez, volvió a ser un viaje de amigas. ¡Los extrañaba tanto! Sacamos pasaje por LAN, Buenos Aires-Santiago. El vuelo salió a las 10 55 del viernes 17 de octubre, y a las 13 20 pisamos el aeropuerto de Santiago. De las 4 que nos fuimos, 3 somos mamás. Si bien, justo coincidió con el fin de semana del Día de la Madre y no estuvimos con nuestros retoños: nos sentimos 100 % homenajeadas (por nuestros maridos y familias, que se quedaron a cargo).

¡Gracias familas por el regalazo que nos hicieron!

Paramos en un monoambiente del Hotel Don Santiago en Providencia. Tres camas, baño y cocinita. Con un muy buen desayuno, y limpieza diaria. A muy buen precio, según nos dijeron locales. El viaje también fue para visitar a amigas que viven en Santiago hace ya tiempo, y que se extrañan mucho.

La escapada tuvo tres predominantes: Las Compras, las Salidas a Comer y las Charlas. Tres lujazos, que cuando se es mamá de chiquitos, es más difícil darse.

Ese viernes almorzamos (tarde) en un lugar de tapas De la Ostia (Orrego Luca 65, Providencia). Muy rica la tortilla de papas,  las croquetas, y los calamares. Esa noche comí en el barrio Bella Vista, con dos de mis amigas que viven allá. Volver a verse con amigas del alma en una ciudad distinta y ya mujeres hechas, fue emocionante. Elegimos Azul Profundo, una especie de barco restaurant (tiene el interior que simula ser una nave marítima). Recomiendo el exquisito chupe de centolla.

Santiago nos recibió calurosa pero al otro día estuvo feo e hizo frío. Tuvimos la excusa perfecta para internarnos todo el sábado en el gigantesco mall Costanera Center, (uno de los más grandes de Sudamérica) y nos instalamos en H&M. Arrasamos. Hubo una pausa larga de almuerzo al mediodía, y comimos en la pizzeria Tiramisú, de Las Condes. Muy ricas las pizzas y divertido el lugar. Como el día siguió feo, pasamos por Casa ideas, que tiene cosas divinas en deco y a excelentes precios.

La colcha con conejos para Renata que conseguí es divina y me encantó un mantel que me traje para la mesa de la cocina. Ese día lo rematamos con más compras…encontramos unas sandalias divinas y muy baratas. A la noche nuevamente el elegido fue el Patio Bella Vista, es una como un paseo de restaurantes. Uno al lado del otro. Pero fuimos a Galindo, un bar restaurant, de comida chilena y ambiente más bohemio. Obvio, que salió pescado para todas: elegí el Albacora (pez espada) con pure. Llamó nuestra atención, que a la noche por en esa zona todo termina a las 2 am, por disposición municipal- y si uno quiere extenderse con alguna cerveza más u otro trago, tiene que caminar hasta la zona menos recomendada («por insegura») de Bella Vista.

El domingo fue pura recorrida. Estuvimos 10 am, en Plaza de Armas, desde donde sale el Free Tour Santiago (que termina a la 1), y que cuenta la historia resumida de la ciudad. Desde tiempos de la conquista, la resistencia de los mapuches, la colonia, los distintos momentos políticos; la presidencia de Allende, la dictadura de Pinochet y las consecuencias de las violencias militares, como también la puja presente existente entre los últimos gobiernos-(Piñera- Bachelet). Pero también datos de platos, comidas, como los hot dogs chilenos, que no hay que dejar de probar. Y aspectos más actuales de la ciudad, como centro multicultural importante de Sudamérica. Por último la visita a La Chascona, casa de Pablo Neruda en Bella Vista, donde vivió con su última mujer Matilde, hasta su muerte. El nombre remite a ella y su pelo rojizo. Pasamos por los dos cerros que se ubican en el centro de la ciudad. El Santa Lucía y el San Cristobal.

[pullquote]El guía fue fiel al espíritu de Free Tour y llevó con simpatía la caminata. Pronto habrá guías en español.[/pullquote]

Pasamos la tarde en el esplendido Parque del Bicentenario. Sabía que era lindo pero no pensé que lo fuera tanto. Sin desperdicio. Es para hacer un alto de varias horas. Fue de lo mejor que vi en la ciudad. Esa noche fuimos a visitar a una de nuestras amigas,que vive allá, en el barrio La Dehesa, más moderno y apartado, que responde a la última etapa de desarrollo urbanístico de esta ciudad. Tuvimos una gran charla de mujeres-amigas, con más años y menos rollo. Otro high de la escapada. Tiempo para hablar. Sustancial para nosotras las mujeres.

Por último, y para completar el tema shopping, estuvimos en Parque Arauco, para atacar Forever 21. Y lo hicimos. Gangas lindas, y buen horario para comprar porque fue en las primeras horas de la tarde, de un día de semana y no había tanta gente. Evitar el fin de semana es clave. Los electrónicos también están a muy buen precio. Me llevé una máquina de fotos. La ropa para chicos, es otra de las ventajas de compras en Santiago. Conseguimos cosas divinas y económicas en Jumbo. Es totalmente desigual a los precios que vemos en Buenos Aires. La última recomendación gastronómica que hago es el resto Liguria, allí probé una ¡fantástica merluza del Sur con ceviche de cochayuyo!

Extrañé muchooo a Renata, mi chiquita de dos años, y por supuesto a mi amor, Pablo. Pero fue volver a ser una con mis amigas, un tiempo de viaje para mi. Tiempo que escasea ahora…Pero que tan tan bien hace.

Y vos;  te animaste a alguna escapada siendo mamá? Contame.

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